23 abr 2012

Argentinización de la cocina mexicana

La oferta de la cocina mexicana en Buenos Aires es cada vez más extensa pero, en cuanto a calidad, pocos son los locales que son fieles a los sabores de México. El problema es que se "argentiniza" la elaboración de los platos, entonces acá se conoce una pobre imitación de lo que realmente deberíamos degustar cuando vamos a un local de comida mexicana.
Una de las principales causas de esta situación es la falta de ingredientes autóctonos como, por ejemplo, distintos tipos de ajíes. En Argentina muchas de las cosas que se necesitan para cocinar no se consiguen y los costos de traslado desde México son altos, eso sin contar que tal vez algunas cosas no lleguen en el mejor estado. Ni hablar de que se consigan algunas cosas acá, los precios están por las nubes y sigue sin ser redituable para los dueños.
También está el problema de la poca costumbre que tiene el comensal argentino a los sabores picantes, el paladar no está acostumbrado entonces se opta por bajar la cantidad de picante ante el peligro que el negocio no prospere. Los emprendimientos serios corren peligro de fracasar y, muchas veces, ni siquiera ven la luz. Muchos dueños aseguran que el cliente busca solo tacos y burritos, esa es la explicación que dan.
"En Argentina no se puede disfrutar de la variedad de sabores y texturas que tiene la comida mexicana, es una lástima que no se pueda probar la verdadera cocina del país. La moda es una suerte de mezcla entre lo que hacen en Estados Unidos y lo que creen que se cocina en México. Incluso los mismos mexicanos que dirigen un local se acoplan a lo que hace el resto", explica la chef mexicana Silvia Ibarra que posee un servicio de catering propio.
Surgen cada día más y más ofertas de comida mexicana, es un tipo de moda que está deformando la verdadera cocina que deberíamos disfrutar. No es que no existan en Buenos Aires buenos lugares para comer, sino que son contados. 
En próximas entradas vamos a informarles cuales son los buenos lugares para que no caigan en la trampa de la falsa cocina mexicana.

Por Florencia Smith Vera

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